martes, 2 de julio de 2013

La ley del camión de basura

"Hace diesiceis años yo aprendi esa lección en un taxi neoyorquino. Esto fue lo que sucedió:
Me subi a un taxi rumbo a la Estación Central del Ferrocarril y cuando íbamos por el carril de la derecha, por poco nos estrellamos con un auto que así de repente y de la nada salió a toda velocidad de donde estaba estacionado. El conductor del taxi en que iba alcanzo a frenar, el taxi derrapó y casi le pegamos al auto que quedo frente a nosotros. Después de esto, el conductor del otro auto, el que casi causo el accidente, asomando la cabeza por la ventanilla comenzó a gritarnos todo tipo de insultos. Todavía recuperándome del susto, lo que acabó de sacarme de mis casillas fue la actitud del chofer de mi taxi, quién en forma extremadamente amistosa y cortés sonreía y saludaba con la mano al conductor del otro auto. Yo estaba furioso y confundido pero no me quede con las ganas y le pregunté al chofer de mi taxi por qué se ponía a sonreír y saludar al hombre que casi nos hizo chocar, arruinar su taxi y posiblemente hsta enviarnos al hospital. Entonces el taxista con voz pausada me contó lo que ahora llamo "La ley del camión de basura."
Mire , me dijo: ¿Ve aquel camión de basura? Si, le dije ¿y éso que tiene que ver? Pues, así como esos camiones de basura, existen muchas personas que van por la vida llenos de basura, frustración, rabia y decepción. Tan pronto como la basura se le va acumulando, necesita encontrar un lugar donde vaciarla, y si usted los deja seguramente le vaciarían su basura, sus frustraciones, sus rabias y sus decepciones. Por eso cuando alguien quiere basear su barusa en mi, no me lo tomo como algo personal; sonrío, saludo, les deseo todo el bien del mundo y sigo mi camino. Hágalo usted tambien y le agradará el haberlo hecho, se lo garantizo. A partir de ese día comencé a pensar qué tan a menudo permito que estos "camiones de basura" me atropellen; y me pregunté a mí mismo qué tan amenudo recojo esa basura y la esparzo a otra gente en casa, en el tranajo o en la calle. A sí que me prometí que ya jamás lo iba a permitir. Comencé a ver camiones de basura y así como el niño de pelicula "El Sexto Sentido"  decía que veía a los muertos, bueno ahora así yo veo los camiones de basura. Veo la carga que traen, veo que me quieren echar encima su basura, sus frustraciones, sus rabias y sus decepciones y tal y como el taxista me lo recomendó, no me lo tomo como algo personal, sonrío, saludo, les deseo lo mejor y sigo adelante.

CADA UNO DA LO QUE TIENE ADENTRO!

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